Las huellas de los sueños
Tenemos que viajar a través de los sueños para llegar a nuestras realidades.
En esta exposición hay una fusión muy importante entre artistas del arte y de las letras, ambas partes nos invitan a entrar en un mundo onírico, donde es posible viajar retrocediendo en las huellas de los sueños.
Para ellos es importante mostrar al público la fusión creada por las dos manifestaciones artísticas y conectadas al unísono para motivarles los sentidos. El filósofo Hans-George Gadamer dice: "Debemos aprovechar las analogías entre las obras literarias y las creaciones de las artes plásticas. Tales analogías encarnan la gran sabiduría de un universal aún no formulado". En la exposición Los sueños que cumplimos", podremos comprobar que ese universal, posiblemente, se ha hecho empírico.
Las obras pictóricas expuestas emanan colorido, sensibilidad, amor, dulzura, imágenes que evocan la felicidad de la niñez pasada, algunas, borrosas intencionadamente, casi pixeladas, debido al paso del tiempo de la memoria, y muestran que siempre había amigos con los que compartir los mejores momentos. También se pueden observar escenas familiares que todos recordarán, tan solo añadiendo las caras personalizadas de su pasado y con una cierta musicalidad inevitable que acompaña dicho momento. ¿Quién no tiene el recuerdo de los abuelos cariñosos y dulces?, esos que nunca fallaban y siempre estaban ahí para consentírtelo todo, ellos, aquí, también sueñan. Para momentos inolvidables, donde siempre se soñaba con vivir la vida en un continuo carpe diem, los de la adolescencia, los mejores, esa que de alguna forma marca el camino a seguir y que nunca se olvida, amigos para siempre.
En estos sueños y recuerdos, no pueden faltar los miedos, sí, esos que hacen ver con temor a personas autoritarias, malvadas… que llevan a la timidez en la infancia, y hacen que los niños se escondan tras amigos imaginarios; en esa etapa todo son sueños para intentar salir de la pesadilla. Volviendo a la niñez, a otra muy distinta, no hay nada come un buen libro, esa niña que lee solitaria en una escalera, qué mejor sueño que el que se vive tras una grata lectura, es ahí donde comienzan los verdaderos sueños, los de la imaginación sin límites. Y no faltan los sueños adultos, esos que se mantienen en la clandestinidad come un tesoro, come algo que queremos que se cumpla y que a la ve lo evitamos para no perder la emoción de llevarlos a cabo en algún otro momento de la vida, sueños íntimos. Para concluir, también se puede ver el sueño de un niño inventor, un sueño casi imposible, que después se hizo realidad para el desarrollo de la ciencia.
Se podría decir que al observar las obras pictóricas y literarias de esta exposición el actor se ve reflejado en la memoria episódica que cada une de los artistas ha mostrado, a través de sus sueños y realidades encontradas, es algo para compartir entre todos.
Este proyecto colaborativo y creativo ha sido impulsado por "La Sala Ámbito Cultural" de El Corte Inglés de Murcia y por ende de David Castro, su gestor cultural. También es su sueño hecho realidad, en esta sala se fragua: arte, historias, poesía, música, baile, canciones… en definitiva, la esperanza de realizar los sueños.
Si Mario Bunge estuviera en esta exposición diría que habría que emplear el método hermenéutico para interpretar el arte y la literatura ambas disciplinas expresadas aquí, nada de describir, cada uno que emplee su visión subjetiva del insomnium englobada, en la exposición: "Los sueños que cumplimos".
“Dame veneno para morir o sueños para vivir" Gunnar Ekelöf
María José Cárceles
Comisaria de la exposición